EL DIARIO DE LEÓN
15/08/2021
Parte del equipo de Historia y Memoria Contemporánea (Hismecon) de la Universidad de León trabaja en la comarca de Babia documentando arqueológicamente los restos materiales de la Guerra Civil española, concretamente los del llamado Frente Norte, Frente de León o Frente de los Puertos. «Si en 2020 excavamos una trinchera y refugio en la zona de El Regañón (Torrestío), posición controlada por el bando republicano, en esta ocasión trabajamos en una posición principalmente adscrita al bando sublevado en Las Fanas (Genestosa)». Ambos emplazamientos se encuentran en el frente del Sector San Emiliano en el que estaba en disputa el estratégico paso hacia Asturias por el puerto de Ventana. El equipo trabaja desde el 8 de agosto una intervención arqueológica en la localidad de Genestosa, financiada por el Ayuntamiento de San Emiliano.
El objetivo de esta segunda campaña es estudiar este emplazamiento y comparar los restos materiales entre las posiciones republicana y sublevada, para confirmar la hipótesis del mejor abastecimiento tanto de material bélico como de víveres al bando sublevado. «En 2020 pudimos comprobar la obsolescencia y variedad de parte del armamento con el que contaban los republicanos en El Regañón, con munición anticuada y de diverso calibre. En lo que llevamos de excavación en Las Fanas hemos podido documentar ya arqueológicamente más de cien casquillos Mauser que, a falta del posterior estudio de laboratorio ya en la ULE, parecen mayoritariamente alemanes del año 1936. También hay abundantes restos de latas de comida y vidrios de botellas de vino o licores, lo que muestra un buen abastecimiento a la tropa ubicada en la posición objeto de estudio», señalan los directores de esta excavación, Javier Revilla Casado y Ana Cristina Rodríguez Guerra, profesores de Historia Contemporánea de la ULE.
Además de los materiales arqueológicos, la posición de Las Fanas conserva un recinto fortificado en un buen estado de conservación, «a pesar de su rápida construcción con mampostería en seco hace 84 años. Por su estructura, se trata de un fortín de tipo africanista con muralla y varios pozos de tirador o de centinela, estando protegido además por varias líneas de trincheras hacia la línea de fuego del frente. Su amplitud y potencial hacen que desde Hismecon se planteen futuras campañas para seguir excavándolo y así conocer mejor la vida cotidiana en el frente de guerra, recuperando científicamente piezas como una navaja de afeitar o botones, como los que han aparecido ya este año, que proporcionarán a los investigadores valiosos datos para ampliar el conocimiento sobre la Guerra Civil en la comarca de Babia». La intervención trata de consolidar o frenar el deterioro de las estructuras del fortín «ya que de poderse restaurar íntegramente este lugar sería visita obligada, pudiéndose disfrutar este magnífico patrimonio bélico enmarcado en una visión a 360º del parque natural de Babia.